He tenido que darle una segunda vuelta a este cómic, donde lo primero que me atrajo fue la historia en la que estaba basado, totalmente real y ocurrida en la Alemania de 1831. La resumo, una mujer (Gesche Gottfried) va a ser ejecutada en Bremen por haberse demostrado que había envenenado a lo largo de los años anteriores a sus dos maridos, a sus hijos, a sus padres y a vecinos y conocidos, aparentemente sin ningún motivo. Una joven escritora que llega a la ciudad con el encargo de hacer un relato de viajes sobre la ciudad se ve involucrada sin querer en el asunto de la envenenadora ("enferma de corazón y de mente" como la describe la protagonista).
El guión es de Peer Meter y el dibujo de Barbara Yelin, autores ambos alemanes. El título original es "Gift", aquí lo publica
Sins Entido.
El dibujo me parece hecho como una especie de storyboard cinematográfico, a base de lápiz y carboncillo, oscuro en muchos momentos y que recoge a la perfección el gris del ambiente que se vivía en la época, machista y clasista. Sorprende ver un comentario entre dos hombres que pasean por la plaza donde se va a decapitar a la asesina que dicen "¿qué es pues la mujer sino un estadio intermedio entre el niño y el hombre?. Es decir, que no es una persona en toda regla, sino un ser inmaduro de por vida..." Glups!!
La historia tiene un trasfondo terrible, hay descripciones de los envenenamientos de los hijos por parte de la madre -les untaba en pan una especia de raticida parecida a la manteca- , sin arrepentimiento, sin motivo alguno, lo hacía y ya está...Lo intentó con otras muchas personas, que tuvieron mejor suerte y se salvaron. La portada me parece de lo mejor del libro, refleja perfectamente lo siniestro del personaje. Me ha gustado más la historia (el guión) que el dibujo en sí, que no está mal, pero mis gustos van más por otros lados...Pero desde luego, valoro el dibujo y haber conseguido transmitir al lector.
Como anécdota histórica, real y curiosa, queda en el suelo de la plaza de la catedral de Bremen una losa negra -
foto de la izquierda- en el sitio exacto donde estuvo el patíbulo de la ejecución y que, desde aquellos días, los habitantes de la ciudad usan para mostrar su desprecio por la envenenadora...¡escupiendo encima! A fecha de hoy se sigue manteniendo esta costumbre...